Todo por la familia: El sistema de apoyo del servicio contra incendios de Jack Waller “H ermandad” es un término que tira por su propio peso en el servicio contra incendios. Entre los cambios de turnos, días largos en la estación, dentro del departamento o fuera en el estado en general, la familia que se crea en el servicio anti incendios une a sus miembros en la pasión por el trabajo, la dedicación y la lealtad. Esto es algo a lo que Jack Waller fue testigo cuando le diagnosticaron con linfoma Hodgkin en el año 2014, cuando tenía 49. Waller había sido asignado capitán del Consorcio de Entrenamiento de South King County en los últimos cinco meses cuando recibió su diagnóstico. En cuanto a su veredicto de salud, menciona una lista de más de una docena de hombres y mujeres compañeros que lo apoyaron como si fuera uno propio. “Ellos me acababan con abrazos de oso, me trataban como un familiar cercano y yo creo que eso fue muy importante en mi resultado positivo, dijo Waller, quien está en su segundo año de remisión. “Yo tuve la suerte de tener un cáncer del que me podía deshacer pero creo tenerlos trabajando conmigo – ese apoyo – fue crucial para mí y fue una parte positiva del proceso”. Linfoma Hodgkin, como el similar linfoma non-Hodgkin, es un cáncer del sistema linfático, un componente vital de la defensa del sistema inmunológico. Hodgkin causa un crecimiento anormal de las células linfáticas y, a medida que avanza, compromete la habilidad de cuerpo para combatir las infecciones. Para Waller, cuando finalmente llegó a aceptar las alteraciones que ocurrían a su cuerpo habló con su hermana, una exenfermera de oncología. Ella insistió en que visitara a un especialista, mientras le mostraba libros de texto con síntomas del linfoma, como la pérdida de peso y una tos persistente. “Históricamente, en el servicio contra incendios todos tenemos 10 pies de estatura y somos a prueba de balas y nada nos puede pasar”, dijo Waller. “Así que, cuando nos ocurren estas cosas cobardes, torpes en el cuerpo que nos podemos explicar, no esperes, ve al médico y no te detengas hasta que obtengas una respuesta”. Aunque este tipo de linfoma no está en la lista RCW sobre cánceres a los que un bombero está propenso, menciona como una causa primaria los químicos agrícolas, a los que Waller estuvo expuesto en algunas ocasiones al ser criado de niño y adulto joven en el este de Washington, igual que en su línea de servicio. Él planea interponer una demanda judicial sobre labor e industrias por el diagnóstico recibido, con los datos documentados sobre su caso. “Cuantos más seamos los que salgamos adelante en esta profesión, en algún punto, la punta se quiebra y dices ‘wao , hay 5,000 bomberos que tienen linfoma Hodgkin’”. Más común entre las personas que tienen la mitad de su edad, el diagnóstico de Waller era una rareza en las estadísticas, que provocó entusiasmo en sus colegas. “Me dijeron que hubo una manada repunte de gente de mi edad en la línea del servicio que comenzaron a ir a hacerse su examen físico”, dijo. “Si nada más, se logró que la gente fuera a ver a su médico”. Waller, ahora jefe de batallón en el Departamento de Bomberos de Tukwila, entiende que el cambio en las políticas, sobre todo a nivel estatal, conllevará tiempo y dinero. “Estás luchando contra 100 años de tradición no obstaculizada por el progreso”, dijo. “Va a ser gradual, pero nuestros bomberos en probatoria y los reclutas que están llegando ahora no conocen algo distinto. A medida que pase el tiempo, avanzamos en tecnología y comprendemos mejor la enfermedad y cómo afecta nuestra ocupación”. “El cáncer es una epidemia dentro de esta hermandad de bomberos” insiste Waller, mientras cuenta los funerales vinculados al cáncer en los pasados meses. “El cáncer no discrimina”, dijo. “No son los de 50 y tantos o los de 20 y tantos de la línea de servicio, somos todos nosotros. Cualquier cosa pequeña, no importa cuán poco importante sea en el momento, si te va a evitar tener que pasar por lo que yo he pasado y va a aumentar tu calidad de vida cuando te retires, tengo que decir que vale la pena”. POR: ERIN JAMES 2 3